Revista Pelusa

Desde hace algún tiempo traía ganas de armar una revista literaria. Pensé "¿qué tan difícil puede ser?" y wow, vaya que es complicado. Bueno, hagamos un poco de historia. En 2010 tuve la oportunidad de colaborar con un cuento para la revista Puño y Letra, un proyecto muy padre que, por desgracia, duró muy poco. En 2012 la revista dijo adiós y dejó un espacio que, francamente, creo que es necesario llenar. Originalmente pensé en juntarme con mis cuates de Biblionautas y hacer algo parecido; es decir, literatura adulta; sin embargo, gracias a la experiencia que he tenido como tallerista y participante de los proyectos biblionautas, me he dado cuenta de que la literatura infantil y juvenil siempre se ha dejado de lado, que por alguna extraña razón los adultos buscan que la literatura los sustituya en sus funciones educativas, que sea una niñera o algo que les facilite la vida... y no estoy de acuerdo. 

La literatura debe disfrutarse por el simple hecho de ser literatura, no porque deba dejarnos una enseñanza. Con esto en mente, comenzamos a buscar un nombre para la revista, una idea de la que pudiéramos partir y, después de pensarlo un poco, llegamos al concepto de Pelusa. ¿A quién va dirigida? A niños de todas las edades en general, pero a los de 6 a 9 años en particular, ¿será gratuita? Si por nosotros fuera, la regalaríamos a todo mundo, pero queremos poder pagarle a nuestros colaboradores, así que tendrá un costo de entre $30 y $50 pesos, todavía falta ver el costo de producción, ¿aceptaremos cualquier trabajo? No. Una de las cosas que quisiera que esta revista lograra es cambiar cómo se percibe la literatura infantil. Cuando hicimos la convocatoria, recibimos un montón de textos, pero muchos eran discursos moralinos apenas disfrazados de literatura. Nosotros no buscamos, ni queremos, ni promovemos eso. La idea es presentar algo con la mayor calidad e integridad posible. Ahora, tampoco es una revista de chismes, así que la idea es mantener cierto nivel artístico (si es que eso se entiende siquiera). Apenas comienza esto, ojalá todo salga bien.  

 

Pequeños gustos

Hoy me la pasé muy padre y aunque no diré por qué, sí diré que hay ciertas cosas que me fascinan.

*Abrir un nuevo libro

*Cuando borras en una libreta y la hoja queda como nueva

*Un tanque de gasolina lleno

*Tirarse en el pasto después de un concierto

*Escuchar música a todo volumen

*Mucha distorsión en la guitarra

*Las canciones del Rubber Soul

*Ver una película y sentir que la piel se pone chinita

*Un plato de comida caliente

*Pasar un nivel en un videojuego que te está dando dolores de cabeza

*Un primer beso

*Un abrazo fuerte

Una ida y una vuelta

Volví a México. Digo, no es que me hubiera ido mucho tiempo o algo así, pero siempre hay como una cosquillita que da cuando uno reconoce otra vez las calles, las casas y los árboles. Las calles de EUA son amplias, transitadas y ascépticas; en cambio las de México son estrechas, igual de transitadas (aunque a velocidades un poco menores) y llenas de puestos, tiendas, casas de colores y gente. Vamos, no quiero que piensen que se me sale lo cursi y me pongo como aquellos muralistas. No, para nada, sólo me llama la atención de repente sentirme rodeado de gente, cosa que no pasó allá. En fin, es bueno estar de vuelta. 

Libros

Fui a Barnes & Noble y me traje algunos títulos. Según yo me planeaba comprar quién sabe cuántos libros que me faltaban o que había regalado y quería recuperar, pero el dinero no alcanzó. Ya será para la próxima; por lo pronto conseguí los siguientes textos:

Drácula, de Bram Stoker, en una versión muy elegante que además incluye otra novela suya y algunos cuentos sueltos.

The best stories of H.P. Lovecraft, para morirse de miedo un rato.

Stardust, The Graveyard Book y Smokes and Mirrors, de Neil Gaiman, para llenarse la cabeza de fantasía y magia. A ver qué tal; sólo he leído The Graveyard Book, en su versión en español (que, por cierto, no incluye las ilustraciones de Dave McKean), pero Gaiman siempre, siempre, siempre vale la pena.

Un libro sobre técnicas para pintar con acrílico; planeo ponerme a pintar de nuevo, así que bien valdría la pena echarle un vistazo a algo de teoría, a ver qué aprendo. 

Y ya. No fueron tantos libros, pero sí un montón de dólares y, por desgracia, no me sobran aún. Benditas bibliotecas. 

Así se acaba el mundo

Uno de mis poemas favoritos (y uno choteado y qué) es el de "Fire and Ice" de Robert Frost. El poema, que además es muy corto, dice así: 

Some say the world will end in fire,

Some say in ice.

From what I've tasted of desire

I hold with those who favor fire.

But if it had to perish twice,

I think I know enough of hate

To say that for destruction ice

Is also great

And would suffice.

Una belleza de poema que sirve para decir que he estado leyendo una antología de cuentos mexicanos apocalípticos y que yo no sé cómo terminaría el mundo. En este libro, compilado por Edilberto Aldán, aparecen las plumas de Carlos Bustos, Miguel Cane, Raquel Castro, Alberto Chimal, Eva Díaz Riobello, Agustín Fest, Omegar Martínez, Arturo Vallejo y más. En general los cuentos son buenos, hay un par de joyas, como el texto de Vallejo sobre Doctor Who o el de Raquel Castro sobre mandar todo al carajo, y otro par que están medio flojitos, pero la experiencia en general resulta altamente disfrutable (¡doble adverbio!). Al final de cada texto aparece un breve comentario sobre el autor y la música que escucharía si el mundo se terminase. Tal vez no sé cómo sería el fin del mundo, pero sé que canción quisiera que se escuchara. En vez de trompetas celestiales, me gustaría que aparecieran bocinas gigantescas de las que saliera Metallica a todo volumen.

Sin duda, este es el soundtrack de mi fin del mundo.

Me gusta mucho la versión original, pero esta no tiene desperdicio alguno. La orquesta le da mucha más fuerza a la canción.

Sándwiches de lluvia

Al final no se hizo la tocada de La Cosa Monstra. No quiero echar culpas... pero los organizadores no se pusieron las pilas y dejaron que la lluvia mojara todo el escenario y parte de los instrumentos y equipo de audio. En fin, ya será para la próxima. Eso pasa por no ver el pronóstico del tiempo que sí, ya sé que siempre se equivoca, pero bueno, a veces sí da en el clavo. No obstante la noche no fue un desperdicio total, resultó que los Malpica, Toño y Javier, se fueron a cenar con Ale y Rogelio, Susy y Carlos y Dalina y familia. Total, el comentario de Javier fue que las chicas biblionautas todas tienen guarura. Yo, por mi parte, no pude asistir a dicho festín, pero tuve el mío propio: hice sándwiches. Un poco de queso blanco, jamón de pavo, pan de baguette (¿o se dice baguette nomás?), lechuga, tomate y aceitunas. Estuvieron sabrosos. Fue un buen sábado. 

Jon J. Muth y la lluvia

Mi querido amigo Gerardo me dio "Moonshadow", novela gráfica de John Marc DeMatteis y Jon J. Muth. De inmediato quedé atrapado no sólo por la historia, sino también por las ilustraciones, pues todo el cómics está hecho con pinturas (en un sentido más tradicional). 

Resultó que ya había visto un poco de su trabajo, o al menos recordaba haber leído su nombre entre los ilustradores de The Sandman, de Neil Gaiman. Luego, al buscar un poco en internet, me di cuenta de que no sólo ya conocía su obra, ¡sino que además había trabajado con ella! Hace un par de años, Mónica y yo estuvimos a cargo de un grupo de Biblionautas de 6 a 9 años: chiquitos, pero peligrosos. Una de las lecturas que usamos fue, precisamente, un libro de Muth: Cuentos Zen. Esa sesión fue espectacular; hubo máscaras, pinturas y baile. Gracias, Jon J. Muth. 

En otras noticias, y hablando de autores efectivos con niños, hoy toca Toño Malpica junto a su banda, La Cosa Monstra, en Fundidora a las 7:30 pm. El plan es ir a verlo, pero está lloviendo macizo, así que a ver qué pasa. Si no los han escuchado, ahora es cuando. Toño, además de ser un excelente escritor, es un fantástico pianista. En fin, ojalá se ponga bueno; lluvia o no.